Los icónicos botes de Vela Latina Canaria, Bien de Interés Cultural, inician su nueva temporada este sábado 25 de marzo. Un espectáculo que continuará todos los fines de semana hasta el próximo septiembre y que sin duda es uno de los grandes atractivos de Las Palmas de Gran Canaria.

Un total de 12 botes navegarán esta temporada 2023 gracias a unas condiciones de vientos constantes, de baja intensidad y frescos, el alisio. Estas condiciones sumadas al campo de regatas de la ciudad, abierto al este, permiten la práctica de uno de los deportes náuticos más singulares de España: La Vela Latina Canaria. Una modalidad exclusiva de la ciudad, que se distingue por contar con unas embarcaciones, botes, con una vela que es el doble de alta que su eslora, la navegación de ceñida contra el viento, en zig-zag, y una pasión popular histórica por esta competición.

La Avenida Marítima de la ciudad prometen llenarse, cada sábado por la tarde y un domingo cada mes, de cientos de aficionados que siguen el avance contra el viento de los barcos, una de las tradiciones más queridas en la capital de Gran Canaria y que el público puede contemplar libremente desde la extensa línea litoral.

Los botes de Vela Latina Canaria miden aproximadamente 6,55 metros de eslora, 2,37 de manga y 1,35 de puntal, frente al gran tamaño de la vela, de hasta 13,5 metros. Esto hace que sea complicado mantener la navegación debido a la desproporción de medidas, por ello los participantes deben utilizar su fuerza todos a una como una piña, para poder manejar la embarcación.

El campo de regatas abarca desde la entrada sur a la ciudad hasta el Puerto de Las Palmas: esto es, el trazado del alargado centro urbano.

El visitante puede encontrar ocasión para retratar desde tierra estas postales de las velas luchando contra el viento. También puede disfrutar del ambiente, la afición y un acontecimiento que no encontrará fuera de Las Palmas de Gran Canaria. El ritmo de la competición, el paisaje de la misma ciudad bajo esta perspectiva y la propia afición popular sostienen un deporte vernáculo, que, como todos, ha tenido que afrontar un año más que complicado por el impacto de la pandemia global de la COVID-19. Y sin embargo, está lleno de futuro.

 

Un deporte con más de cien años de historia

La Vela Latina es, tradicionalmente, un acontecimiento vivido intensamente por los barrios costeros de la capital grancanaria. Y no desde hace unos días, precisamente: la primera regata de la que se tiene constancia data del año 1904. Entonces esos modestos botes pesqueros, de transporte de mercancías y pasajeros o cambuyoneros (barbarismo procedente del can buy on: pequeños comerciantes que interactuaban con la flota del Puerto) se habilitaron como embarcaciones para competir, gobernados por una tripulación numerosa que tumba (todos a una) a su nave para dirigirla en la dirección adecuada.