Las Palmas de Gran Canaria, como destino urbano, incorpora tradicionalmente a sus atractivos la calidad de sus spots de Surf: una práctica deportiva que cuenta con una gran tradición en las Islas y en la ciudad. Este hecho no pasa desapercibido para medios especializados, tanto en este deporte como en los viajes. Es el caso del último reportaje sobre Surf publicado por la prestigiosa publicación Condé Nast Traveler, titulado "Seis zonas costeras donde puedes vivir la historia del surf en España".

El artículo cuenta como "a mediados de los años 60, las costas californianas y australianas comenzaron a dar signos de saturación. Eso, unido al desarrollo de los viajes en avión, hizo que muchos surfistas de aquellas tierras volaran a Europa y África en busca de nuevos spots vírgenes". Y claro, en consecuencia, "Marruecos se convirtió en un lugar exótico para hacer surf. Al tener que acceder al país mayoritariamente por Europa, la península ibérica también llamó la atención de los surfistas. Y fue así como se extendió la leyenda de la existencia de unas islas españolas, muy próximas a África, en las que las olas prometían grandes emociones y las aguas eran cálidas durante todo el año".

La revista precisa que "el desembarco principal" del surf "tuvo lugar en la isla de Gran Canaria, donde, ya en los 70, también disfrutaban surfistas peninsulares, como Carlos Beraza, Jesús Fiochi o Zalo Campa". De este modo, "el espectáculo llegó a playas como las de Las Canteras, El Confital y San Felipe, donde la gente sigue cogiendo olas hasta el día de hoy".

La célebre bahía de la capital grancanaria ocupa de este modo un lugar preferente en el desarrollo del surf en España, junto a otros enclaves como las playas de Las Salinas (Asturias), El Sardinero (Cantabria) o Sarautz (Euskadi), además de las playas de A Coruña o Cádiz. Todas ellas, spots que en momentos concretos han tenido una gran relevancia para el desarrollo surfero en el territorio nacional.