El barrio de La Isleta es uno de los más populares e icónicos de Las Palmas de Gran Canaria. Surgido al refugio del Puerto de Las Palmas, entre los muelles y el extremo de la Playa de Las Canteras, el carácter de sus gentes y su bulliciosa actividad constituyen unos rasgos de identidad únicos en la ciudad. Ahí, por ejemplo, se mantuvo vivo el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria en tiempos de la dictadura, de manera soterrada pero presente, para asegurar la celebración más irreverente y populosa de la ciudad. Y sin embargo, La Isleta es también cuna de una de las fiestas religiosas más singulares de la capital grancanaria y el archipiélago canario, en general.
Unas celebraciones, las de la Virgen del Carmen, que aúnan imágenes singulares y actos que se entremezclan con los propios de cualquier gran barrio. En La Isleta surgen los altares de adoración, las coloridas alfombras de sal y arena, se vive con pasión el honor de llevar a la virgen y se produce una entrega de entusiasmo popular a la celebración de la Procesión de la Aurora, el sábado 16 de julio, con motivo de la festividad del Carmen, y a la Procesión Marítima, en la que se embarca a la imagen de la virgen en el declarado como Día del hombre de mar, el 24 de julio. No en balde muchos de los estibadores del muelle han tenido siempre su hogar ahí, sin olvidar a los marineros que faenaban en barquillas.
Y es que en estos actos se entremezcla la devoción por la imagen y todo lo que representa y el carácter marinero del barrio. Fueron, esencialmente, sus vecinos los que emprendieron en barquillas, a mediados del Siglo XX, la práctica del cambuyón (del inglés Can Buy On): esto es, el mercado con los barcos refugiados en cercano Puerto de La Luz y de Las Palmas, en uno de los episodios que mejor retratan el carácter cosmopolita y abierto de la ciudad.
Finalmente, después de las señaladas procesiones aún mantiene su atractivo una última, el 31 de julio, en una jornada más de homenaje del barrio de La Isleta a la Virgen del Carmen. Será la Procesión Terrestre, que recorre todo el entorno, tras uno de los constantes oficios religiosos que se celebran en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen durante prácticamente todo el mes de julio. Como acto festivo, tampoco hay que olvidar la romería ofrenda programada para el día 24 de julio, con carácter solidario (una entrega de alimentos no perecederos a Cáritas).
La edición de 2022 de estas fiestas, declaradas oficialmente como una de las Fiestas de la Ciudad, adquiere aún un valor especial, por cuanto hace casi tres años que la virgen no sale a la calle. Y eso es mucho decir en un barrio como La Isleta.
La imagen lleva en el barrio más de un siglo. En concreto, desde 1913, cuando dos hermanas Hijas de la Caridad la trasladaron desde el antiguo Hospital San Nartín, en el barrio fundacional de Vegueta, en donde permanecía recogida. Las monjas asumieron la tarea de educar a los niños de la zona en un momento de importantes carencias sociales, de ahí que la presencia de la virgen siempre se asocie indefectiblemente a esa vocación de servicio a la comunidad. Los visitantes que se encuentren en estas fechas en la ciudad, pueden, sin duda, presenciar unos actos muy especiales, al tiempo que descubren el carácter único de La Isleta.
* Fotos: Tony Hernández