Cada noche del 9 al 10 de agosto el cielo se ilumina con fuerza en un punto muy concreto de Las Palmas de Gran Canaria. Fuera del centro urbano, los Fuegos de San Lorenzo son desde el año 1990 Fiestas de la Ciudad: con todas las de la ley, que en este años es una declaración formal del entusiasmo y expectación que se genera en esta espectacular velada de fuegos artificiales. Ahora, el Ayuntamiento de la capital grancanaria solicitará a la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias su declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional.
Así se acordó este martes, 8 de marzo, por la Comisión de Pleno de Organización, Funcionamiento y Régimen General del Consistorio, para que las Concejalías de Turismo y del Distrito Tamaraceite-San Lorenzo-Tenoya inicien el procedimiento correspondiente.
Ya en el año 2008 se acordó conceder al pueblo de San Lorenzo, incluído en el término municipal de la ciudad, la Medalla de Oro, en reconocimiento de los especiales méritos que le asisten, recibiendo este título en el acto institucional de Honores y Distinciones con motivo de la celebración de las Fiestas Fundacionales de la capital.
La solicitud de la declaración los fuegos de San Lorenzo como fiesta de Interés Turístico Regional será remitida al pleno ordinario del mes de marzo para su aprobación definitiva antes de ser enviada el Ejecutivo regional.
La normativa regional por la que se crea y regula la declaración de Fiesta de Interés Turístico de Canarias, dispone que tal declaración se otorgará a aquellas fiestas o acontecimientos que supongan manifestaciones de valores culturales y de tradición popular con especial consideración a sus características etnológicas, que tengan una especial importancia como atractivo turístico y operen en el ámbito municipal.
Para la concesión de la declaración se tiene en cuenta, entre otros, la antigüedad de la celebración, la periodicidad y continuidad de la misma, la trascendencia en los medios de comunicación, originalidad y singularidad de la fiesta, el arraigo de la fiesta en la tradición y costumbres populares, la organización y calidad de las fiestas.
También se valoran otros aspectos como las actividades comerciales, culturales y de ocio que genere, las dotaciones de infraestructuras turísticas ligadas a la celebración, el desarrollo de acciones promocionales para atraer el turismo, la potenciación de valores sociales, económicos, culturales y medioambientales y medidas que se adopten para la protección del entorno urbano o natural en que se desarrolle el evento.