Destino urbano por antonomasia del archipiélago canario, la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria alberga rincones en los que disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor, como el Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo. Localizado a pocos kilómetros del centro urbano, se alza este centro científico-técnico de interés turístico es uno de los lugares de visita obligada de la capital grancanaria.
Creado por Eric Sventenius, un sueco que decidió reunir en el año 1952 una muestra de toda la flora presente en las Islas Canarias en un único lugar. De esta forma nació el Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo, situado en Tafira, en Las Palmas de Gran Canaria. Siete años hicieron falta para que se abrieran las puertas de este magnífico espacio. Allí, cada 23 de junio se rinde un homenaje al naturalista, que descansa en el mejor sitio que podría desear, al abrigo de unos terrenos del propio jardín.
Un auténtico tesoro natural compuesto por un extraordinario repertorio botánico situado al borde del barranco del Guiniguada que muestra al visitante la riqueza y la exuberancia de la flora de las Islas Canarias. Sus más de 27 hectáreas lo convierten en el jardín botánico más extenso de España, que da cobijo a una magnífica representación de la fauna y la flora endémicas de las Islas Canarias y de toda la región Macaronésica (nombre colectivo de los cinco archipiélagos del Atlántico Norte, cercanos al continente africano: Azores, Canarias, Cabo Verde, Madeira e Islas Salvajes).
El Jardín Botánico Canario cuenta con varias plazas y zonas muy bien diferenciadas donde poder admirar y conocer las distintas especies que habitan en él. Un parque que aloja gran parte de la flora endémica de las Islas Canarias entre senderos, cuevas y cascadas, entre los que destacan la Plaza de las Palmeras, el Jardín de las Islas, el Jardín de Cactus y Suculentas, el Jardín Macaronésico, el Laurisilva, Zonas Bajas y de Costa y la Plaza de los Nenúfares.
Poco a poco la obra iniciada por Sventenius ha ido avanzando hasta convertirse en un referente para investigadores de todo el mundo. Y una buena prueba de ello es la creación de un sistema específico de información genética usado por especialistas de 32 países.
Un preciado jardín con muchos tesoros naturales
Frente a la entrada principal se encuentra El Puente de Piedra. Una obra construida con una piedra roja exclusiva de la cantería Ayagaures de Gran Canaria. En los días especialmente soleados es un lugar privilegiado desde donde se pueden observar ejemplares del Lagarto Gigante de Gran Canaria, que pueden alcanzar hasta los 90 centímetros de longitud, el más largo del mundo de su especie.
Este jardín, distribuido en una superficie de 27 hectáreas, alberga -además- la mayoría de las especies botánicas en peligro de extinción de los casi 600 endemismos que existen en el archipiélago canario. De esta forma se ha convertido en un centro de investigación puntero en todo el mundo. Un oasis que debe su nombre al historiador, biólogo y escritor canario del siglo XVIII, José Viera y Clavijo.