Las malas condiciones meteorológicas que se mantienen en el mar en el Golfo de Vizcaya han vuelto a retrasar la salida de la regata transatlántica en solitario Mini-Transat, La Rochelle – Las Palmas de Gran Canaria – Le Marin. Los 87 pequeños veleros continúan guardando velas en el puerto francés mientras esperan una posible luz verde a su partida a mediados de la próxima semana.

“Desafortunadamente, las condiciones se han deteriorado este fin de semana y el frente previsto para el próximo martes se ha adelantado con mucha actividad. Esperamos vientos de 30 nudos, ráfagas de 40 nudos y olas de 3.5 a 4 metros, según ha explicado, Christian Dumard, meteorólogo de la carrera.

La escala en Las Palmas de Gran Canaria, y la fecha de salida de la segunda etapa de la prueba, el 2 de noviembre, se mantienen tal y como está previsto. Para ello, todo está preparado en el muelle deportivo del Puerto de Las Palmas y los veleros volverán a ocupar, como ocurrió en 2017, los atraques ubicados en la dársena de la Vela Latina Canaria.

Denis Hugues, director de la regata, ha vuelto a insistir en que “cruzar el Golfo de Vizcaya con estos pequeños veleros siempre es complicado y cuando no se cumplen las condiciones, se vuelve muy peligroso". La organización está también pendiente de la trayectoria del huracán Lorenzo y la posibilidad de que impacte en la ruta de la regata a fines de la próxima semana.

En este sentido, el ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, ciudad sede de la regata junto con La Rochelle y Le Marín, se ha sumado a la decisión de los responsables técnicos de la prueba.

* Foto: Martin Avram | Mini Transat