"Si los árboles pudieran contar la historia de la conquista de América, pocos tendrían tanto que decir como el drago y la araucaria de la​ ​plazoleta del Espíritu Santo". Así comienza el reportaje dedicado por la agencia alemana de noticia DPA a Las Palmas de Gran Canaria y su conexión con América: una amplia información sobre las conexiones históricas de la ciudad con los viajes del Descubrimiento y la conquista, con diferentes imágenes del casco histórico de Vegueta como trasfondo.

Pablo Sanguinetti firma esta noticia difundida estos días por la Deutsche Presse-Agentur (DPA), la principal agencia de Alemania y una de las principales del mundo, con presencia en más de un centenar de países​ en todo el globo​. Fotografías de la Casa de Colón, la Plaza de Santa Ana, la Calle Los Balcones, la Ermita de San Antonio Abad o las calles de Vegueta ilustran un reportaje que arranca con la aludida ubicación "de una especie típica canaria junto a otra típica americana" en la Plaza del Espíritu Santo, símbolo del "hermanamiento y el mestizaje entre el nuevo continente y las islas españolas situadas al oeste de África. Un símbolo por lo demás redundante", se añade, para subrayar cómo "la cercanía entre ambos territorios resulta evidente tanto para el turista como para el historiador".

La DPA cita en este punto la valoración de esta conexión histórica entre la capital grancanaria y América que apunta Elena Acosta, directora de la Casa de Colón, para remarcar el carácter que aún hoy conserva "el primer asentamiento español en el Atlántico". Acosta, en este reportaje, resalta que "los españoles se encontraron aquí con los mismos fenómenos que afrontarían luego en América: aborígenes, conquista, sociedad de fusión", para explicar que la conquista de Canarias, apenas 14 años antes que la de América, "fue un pequeño laboratorio, un microcosmos de lo que ocurriría luego".

Vegueta: historia de la conexión con América

La información se detiene especialmente en el barrio de Vegueta, barrio donde se fundó Las Palmas de Gran Canaria y declarado Conjunto Histórico Artístico Nacional. "Sus calles, la arquitectura, el diseño urbano, la vegetación, los colores y la memoria construyen un extraño espacio híbrido hispano-americano", se destaca en el texto.

Además, se alude a la Plaza Santa Ana, "centro neurálgico de la ciudad", que ofrece el mejor ejemplo de lo relatado: "concentró desde su construcción el poder religioso y civil en un mismo espacio: la catedral, las Casas Consistoriales, la Casa Regental, el obispado"... Aquí, el reportaje señala que Santa Ana "sirvió luego de modelo en América, que exhibe el mismo concepto por ejemplo en la Plaza de Armas de Lima o el Zócalo mexicano". Y se añade que "las calles empedradas y peatonales que rodean la plaza, con su aire colonial mezclado con toques renacentistas, barrocos o mudéjar, ofrecen otra clave del vínculo americano al caminante que alce la vista y se detenga en las fachadas".

En la misma línea, el artículo apunta que "algunos de los elegantes edificios tomados luego como modelo constructivo en el Caribe incluyen impactantes balcones y ventanas de madera, una seña de identidad de la arquitectura canaria que siguió desarrollándose sobre todo en Lima".

El empleo de la madera del pino canario en interiores como los de la Casa de Colón la arquitectura de los típicos patios canarios son detalles en los que también se ahonda en el reportaje elaborado por Sanguinetti, que profundiza en la propia historia de la Casa de Colón y las escalas del navegante en la capital grancanaria: entre ellas, la efectuada antes de cruzar el Océano por primera vez y "cambiar la historia", o su segunda parada, en la que "se llevó​ ​de la Isla una planta que marcaría hasta hoy la economía de América y la canaria: la caña de azúcar".

"Desde las islas partieron al Caribe también el plátano, el aloe, el​ ​perro o la oveja, mientras el maíz y la papa hacían el camino inverso​ ​y se aclimataron en Canarias antes de saltar a Europa", relata la misma información, que también señala los atractivos de El Museo Canario, la Calle Los Balcones, "las iglesias de Santo Domingo de Guzmán y San Francisco de Borja o la propia catedral".

"En una plazuela llamada entonces Peso de la harina se encuentra la​ ​casa donde vivió Silvestre de Balboa (1563-1649), autor de 'El espejo​ ​de paciencia", concluye el reportaje: "la obra que inaugura la literatura cubana. Justo enfrente, la araucaria y el drago siguen contando el origen común de una historia compartida hoy por 500 millones de personas".